Cada 10 de diciembre se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos, recordando la aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948. Este documento histórico estableció principios universales de libertad, igualdad y justicia que deben ser garantizados para todas las personas. En Ecuador, esta fecha se vive hoy con especial preocupación, pues el país atraviesa una crisis política y social marcada por graves denuncias de violaciones a los derechos fundamentales.
Durante el gobierno de Daniel Noboa, organizaciones nacionales e internacionales han denunciado la represión violenta contra manifestantes, el uso excesivo de la fuerza y la criminalización de la protesta social. A ello se suman hechos particularmente dolorosos: la desaparición y muerte de los niños de Las Malvinas, atribuida a abusos cometidos por las Fuerzas Armadas, y las violaciones de derechos humanos registradas durante el paro nacional en Imbabura, donde se reportaron detenciones arbitrarias, agresiones físicas y un patrón de violencia estatal contra comunidades indígenas y campesinas. Estos casos han generado alarma internacional y cuestionamientos sobre el respeto a la vida y la dignidad en el país.
En este contexto, el Día de los Derechos Humanos en Ecuador no solo recuerda la importancia de la Declaración Universal, sino que se convierte en un llamado urgente a denunciar las violaciones actuales. La represión, las leyes restrictivas y los abusos cometidos por fuerzas estatales evidencian un deterioro de las garantías básicas, afectando especialmente a los sectores más vulnerables. La memoria histórica de la región, marcada por dictaduras y luchas por la democracia, resuena con fuerza frente a estas nuevas amenazas que ponen en riesgo la institucionalidad y la convivencia social.
Finalmente, esta conmemoración invita a reflexionar sobre la responsabilidad compartida de defender los derechos humanos. No se trata únicamente de compromisos estatales, sino de la acción de comunidades, organizaciones y ciudadanos que exigen respeto a la dignidad y a la justicia. En Ecuador, el 10 de diciembre se convierte en un día de resistencia y denuncia, recordando que la defensa de los derechos es esencial para enfrentar la represión y construir un futuro más inclusivo y democrático.
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