La Comuna de París fue un levantamiento revolucionario ocurrido en 1871 en Francia, que marcó un importante hito en la historia de la lucha obrera y el movimiento socialista.
Este movimiento surgió en un contexto de tensiones sociales y políticas, alimentado por una tradición revolucionaria que remontaba a la Revolución de 1789. Tras la guerra entre Francia y Prusia, la derrota francesa, el bombardeo de París y el malestar provocado por la ocupación prusiana, los parisinos, cansados de la crisis económica y social, propusieron formar un gobierno popular autónomo.La chispa del movimiento fue el intento del presidente Louis-Adolphe Thiers de desarmar a la Guardia Nacional, que había sido organizada por los parisinos para proteger la ciudad. La resistencia popular, apoyada por tropas que se unieron a la causa, llevó al abandono de París por parte del gobierno de Thiers. Esto permitió que se realizaran elecciones para conformar un nuevo gobierno, conocido como la Comuna de París, que fue oficialmente establecida el 28 de marzo de 1871.
El gobierno de la Comuna representó un experimento político sin precedentes, con la participación de trabajadores, activistas y diversas corrientes políticas, desde socialistas hasta republicanos reformistas. Durante su breve existencia, la Comuna implementó medidas progresistas como la disminución de los alquileres, la abolición de la guillotina, la separación de la iglesia y el Estado, y el fomento de la educación gratuita y accesible. Además, apoyaron a las viudas y huérfanos de combatientes y ofrecieron herramientas para trabajadores.
Sin embargo, la resistencia organizada por la Comuna preocupó al gobierno estatal, que comenzó una ofensiva militar el 2 de abril de 1871. Para el 21 de mayo, las tropas gubernamentales lograron entrar a París y, tras una semana de intensos combates, el 28 de mayo se sofocó la revolución. Este periodo, conocido como la “Semana Sangrienta”, estuvo marcado por fusilamientos masivos y una violencia brutal contra los defensores de la Comuna.
Tras la derrota, comenzó una fuerte represión contra los comuneros, con miles de detenciones, ejecuciones y condenas a trabajos forzados o exilio. La represión fue un mensaje claro del gobierno burgués: podía ceder ciertos derechos a la clase trabajadora, pero no toleraría amenazas a su poder. Años después, en 1889, se concedió una amnistía a los comuneros sobrevivientes.
La Comuna de París dejó un legado imborrable en la historia, al inspirar a movimientos revolucionarios posteriores y demostrar que era posible imaginar formas alternativas de organización política y social. A pesar de su breve duración, sigue siendo un símbolo de resistencia y lucha por un gobierno popular y equitativo.
18/03/2025
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