La NASA, en colaboración con el Telescopio Espacial James Webb (JWST), ha identificado un agujero negro supermasivo que podría haberse formado en la primera fracción de segundo después del Big Bang, desafiando las teorías tradicionales sobre la evolución del universo.
El objeto, denominado QSO1, fue detectado a más de 13.000 millones de años luz, cuando el universo tenía apenas 700 millones de años. Lo más sorprendente es que este agujero negro presenta un halo de gas menor a la mitad de su tamaño, sin una galaxia anfitriona significativa, lo que contradice el modelo clásico que sostiene que primero se formaron las estrellas y galaxias, y luego los agujeros negros como resultado del colapso estelar.El cosmólogo Roberto Maiolino, de la Universidad de Cambridge, afirmó que “este agujero negro está prácticamente desnudo”, lo que sugiere que podría tratarse de un agujero negro primordial, una clase de objeto propuesta por Stephen Hawking en los años 70, pero nunca antes observada.
Según esta hipótesis, estos agujeros negros se habrían originado por el colapso de regiones extremadamente densas y calientes justo después del Big Bang, actuando como núcleos gravitacionales alrededor de los cuales se formaron las primeras estructuras cósmicas.
El descubrimiento de QSO1, junto con otro objeto similar llamado CAPERS-LRD-z9, abre la puerta a una revisión profunda del paradigma cosmológico, y podría implicar que el universo tuvo rutas de evolución más diversas y rápidas de lo que se pensaba.
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